Félix Lope de Vega está considerado como uno de los dramaturgos más importantes de todos los tiempos. Sin duda alguna, es una de las figuras clave del Siglo de Oro Español y una de las plumas más célebres de la literatura española. Hace relativamente poco, su figura se puso de moda gracias a la interpretación del actor Víctor Clavijo en la exitosa serie de televisión “El Ministerio del Tiempo”.
A pesar de que se ha hablado y escrito mucho sobre este célebre autor, existen muchos puntos de su vida que han pasado desapercibidos para la mayoría de la gente. Gracias a sus obras hemos podido conocer muchas curiosidades sobre su vida personal como la cantidad de hijos que llegó a tener el escritor español. A continuación te contamos más detalles en este artículo.
¿Lope de Vega era un mujeriego?
Sin duda alguna, aparte de la literatura, la gran pasión de Félix Lope de Vega eran las mujeres. Tal y como aparece en sus versos, el primer gran amor del escritor español fue Elena Osorio, la “Fills”. Después de ella, fueron numerosas las mujeres que cayeron en sus brazos. Por lo que se puede entender en sus textos, algunas de ellas incluso estaban casadas.
Pero esto no quedó ahí, sino que como resultado de todas estas relaciones, Lope de Vega llegó a engendrar hasta un número total de ¡quince hijos! Claro que estos son ‘solo’ los que están documentados. Lo que nos resulta más curioso es saber que el escritor español no dejó de tener relaciones con mujeres ni en su etapa de sacerdote.
Los hijos favoritos predilectos del dramaturgo
De entre todos los hijos de Lope de Vega, se considera que tuvo dos hijos predilectos. El primero de ellos fue Carlos Félix, nacido fruto de su matrimonio con Juana de Guardo. Sin embargo, el joven Carlos Félix murió desafortunadamente a la edad de seis años por culpa de una grave enfermedad.
La segunda hija favorita de Lope de Vega fue Antonia Clara, la hija más pequeña de todos los que tuvo. La joven nació como resultado de su relación con Marta de Nevares, el último amor de su vida. A pesar de ser su hija predilecta, fue la que le ocasionó un grave dolor del que el escritor nunca logró recuperarse. Lo que provocó ese gran malestar fue que Antonia Clara se fugó de casa con Cristóbal Tenorio, un protegido del Conde-Duque de Olivares.
