¿Te levantas con esperma?

Hombre durmiendo

Se conoce como poluciones nocturnas y ocurren sobre todo cuando el cuerpo lleva mucho tiempo sin eyacular. De alguna manera hay que eliminar esa cantidad de esperma que sobra, para poder generar de nueva. Por tanto, o bien se hace de esta manera o en su defecto se reabsorbe. A veces todo este proceso es provocado por sueños eróticos, aunque no necesariamente sea así.

Normalmente ocurre más al final de la adolescencia, pero también puede ocurrir en los adultos. No es nada extraño y es un ejercicio completamente normal del cuerpo humano. Suele ocurrir únicamente en hombres, aunque como excepción también podría darse en el caso de las mujeres. A ellas les ocurre otro tipo de cosas y no necesariamente la expulsión de esperma.

Una situación más común en adolescentes

Al eyacular los hombres que lo sufren padecen dos reacciones distintas: despertarse durante o al acabar todo el proceso. Aunque lo más común es que si el sueño es profundo, se enteren de todo el proceso al despertarse. No se suele recordar ningún tipo de sueño, a no ser que la experiencia haya sido lo suficientemente intensa como para recordar algo.

La cantidad expulsada suele ser la estándar como si se estuviera haciendo una de forma física o dentro de una relación sexual. El poder de la mente es el que lo controla en este caso y dependiendo del tiempo que haya pasado desde la última ocasión, podrá variar en mayor o menor medida la cantidad de esperma.

Es en esta edad adolescente cuando normalmente los jóvenes se masturban por primera vez o sucede este tipo de casos. El número de estas reacciones cambia mucho dependiendo del ritmo de vida de cada persona.

No se deben tomar ningún tipo de medidas ya que viene siendo algo habitual en el cuerpo humano. En el caso de que ocurra frecuentemente, entonces será recurrente acudir al médico, pero no en casos esporádicos o puntuales.

No hay de que preocuparse en estos casos

En estos casos no existe ningún tipo de medicación. Es un proceso natural por el que la gran mayoría de la población ha pasado. Un cambio entre la adolescencia y el inicio de la madurez. Un síntoma más que implica hacernos mayores a diario.

Nuestro sistema es muy sabio y siempre sabe lo que nos ocurre en cada momento. Funcionamos como un auténtico reloj. No hay otra forma de compararnos con esto.

El cuerpo humano es un banco de pruebas en el que cada vez que nos hacemos mayores evoluciona a pasos agigantados. Este genera numerosos cambios y evoluciona tanto para bien como para mal.