Su historia no tiene desperdicio. Cuando hablamos de este instrumento de limpieza, la fregona, se nos hace raro no pensar que esto nadie lo creara antes de lo que se llegó a descubrir. Su inventor era Manuel Jalón Corominas un empresario y militar de Ejército del Aire.
A este le vino la inspiración en una de sus misiones de enviado especial a Estados Unidos. Allí aprendería nuevas técnicas de mantenimiento de aviones. Pero lo más oportuno de aquellos viajes resultó ser sin tomar vuelo. Él tan solo observó el trabajo que hacían algunos en la misma base de Illinois. El aceite de los aviones lo limpiaban con una especie de trapo mojado que era utilizado a través del uso de un palo de largas dimensiones.
La fregona es uno de los inventos más revolucionarios de la historia
Entonces entendió que ese gesto tan práctico funcionaría como un remedio muy útil para la mayoría de hogares del mundo. Bastaba con introducirle ese palo y dejar de deslomarse las rodillas y riñones para fregar arrodillado en el suelo.
En su vuelta a España, trabajó para potenciar ese potencial invento y hasta consiguió desarrollar su patente conocida como: “Rodex”. Esta llegó en 1957 y el primer modelo no era muy diferente a los de ahora: un palo de escoba, ligado a un mocho con varias cintas de algodón. A este también le correspondía un cubo con rodillos para escurrir luego todo lo fregado.
Tras aquello, el resto ya es historia. Manuel Jalón acabó por fundar su propia empresa junto a otros dos socios: Los hermanos Buenaventura y Domingo Rull. El éxito pasó a ser rotundo. Las vendieron por todo el mundo sin apenas complicaciones, hasta 31 años después con 60 millones en ventas, vendieron la empresa a una multinacional holandesa, Curver BV.
Le intentaron tumbar el negocio varias veces: se fueron a juicio por posible fraude
Pero aquello no quedó ahí. Ese éxito conocido por todos, provocó la reacción contraria en otros, provocando el primer enemigo. Se trataba La familia de Emilio Bellvis Montesano, antiguo trabajador del maestro de la fregona, trató de desacreditar su éxito. Les acusaron de estafadores, ya que sus hijos defendieron que éste había registrado una especie de escurridor en 1960.
El asunto se desenvolvió de tal forma que todo acabó en los juzgados. Se abrió un procedimiento de jactancia, aquel que una persona abre cuando se siente atacada, pretende retar al contrario a demostrar ante la justicia la autenticidad de los hechos. Aunque estos siempre consiguieron tener la razón. Jalón había conseguido ser el primero y la justicia dictó a su favor.
Pero lejos de bajarse los brazos, los rivales consiguieron volver a llevarlo a juicio. Aunque siempre se consideró de como un nuevo fallo y a parte de interponerles una demanda contra el honor, se consideró que Manuel Jalón siempre había sido el primero. La justicia es muy sabia.
Ahora ya hace casi 10 años de su fallecimiento en Zaragoza. Este ingenioso inventor nos adelantaba a los 86 años de edad, pero su recuerdo siempre quedará en el recuerdo de todos aquellos a quién les ayudó a que la limpieza fuera algo más sencillo.