Agatha Christie decidió mudarse a la Isla de Gran Canarias atraída por el buen clima, que le traía recuerdos de su pueblo natal Torquay, que es un pueblo en la costa sur de Inglaterra.
La escritora se quedó a vivir durante un periodo de tiempo en las Islas Canarias y más concretamente en Las palmas de Gran Canaria, para poder coger fuerzas emocionalmente y enfocarse en su trabajo, la escritura. Además la escritora británica no mudó sola, iba acompañada de su hija Rosalind, y de Charlotte Fischer que era su secretaria particular.
La novelista británica vivió varios años en Las Palmas de Gran Canarias
En esta época todavía ser una mujer divorciada era una tarea difícil para todos y en su mayoría para las mujeres, ya que no era un acto de buen ver, es por ello que las críticas y las miradas, eran muchas y hacían complicada la vida de la escritora.
Por todo esto la novelista se instaló en Metropol, uno de los hoteles más reclamados de la época dentro de la isla, era un lugar donde gran parte de los británicos, del British Club y del Tennis Courts, solían ocupar. Fue ese el motivo por el que Agatha Christie, decidió hospedarse allí, lejos de su país, pero sin romper la conexión con él, así estaría como en casa.
Agatha Christie afirmó que superó el divorcio gracias a la isla de Las Palmas de Gran Canarias y a los médicos
Agatha Christie era una mujer curiosa, no se quedaba en el hotel, paseaba por todos los sitios de las Palmas de Gran Canarias, así pudo descubrir muchos lugares y calles, que la dejaban sorprendida y que más tarde pasarían a inspirar sus novelas. Como por ejemplo los barrios de San Cristóbal, que eran la casa de los pescadores, y estaba compuesto de casa gran grandes, además de tener lugares, que dejaban atónito a cualquiera que lo observara con detalle.
Los lugares que más llamaron la atención de este barrio eran la plaza de Santa Ana, la avenida Marítima o la Alameda de Colón, que no solo se quedarían en su memoria, sino también, le servirían de inspiración, para alguna de sus novelas, como «Una señorita de compañía».
La escritora británica afirmó que fue gracias a la isla de Las Palmas de Gran Canarias y a la presencia de sus médicos británicos, que iban a la isla para ayudarla, por lo que superó la crisis ante el divorcio con su marido.
En su autobiografía
La escritora muestra que la segunda mitad de los años 20 en las Palmas de Gran Canarias, fue una experiencia inolvidable, que le dio la fuerza para salir adelante. No solo la novelista británica no se olvidó de la Isla de las Palmas de Gran Canarias, sino que tampoco se olvidó de ella la isla, por eso se ha puesto una placa con su nombre, en la playa de Las Canteras, una zona dedicada al surf, porque la escritora era una fanática de este deporte, y soñaba con practicarlo en la isla al más estilo profesional.