El prófugo de la justicia, Carles Puigdemont, escapó de Cataluña dónde era Presidente de la Generalitat para seguir agravando su caso como uno de los mayores ridículos de la historia dentro de nuestras fronteras. Una auténtica vergüenza todo lo que vivió la población catalana bajo el mando de un político cruel y despiadado. De familia de pasteleros, este periodista quiso llevarse su minuto de fama tratando de proclamar la Independencia de Cataluña.
Su difunto padre, Xavier Puigdemont, alcanzó los 91 años pero se dice que quién lo conoce siempre se dedicó a su profesión hasta el último día. Ese maestro pastelero tenía su propio negocio en Amer. Una localidad cercana a Girona, de dónde procedía casi toda su familia. Allí cada día los padres de este tratabajan de sacar su negocio hacia adelante.
La pastelería de su padre
El negocio, que compró su propio padre en 1927 y empezó siendo también una especie de ultramarinos, llevaba el apellido familiar. Quién le recuerda, siempre decía del padre del prófugo que era un hombre austero con valores cercanos al cristianismo.
Dos de los detalles del patriarca que más aparecen en los relatos que se cuentan sobre él y la infancia del político son esa pastelería y el gusto por la música de Xavier Puigdemont. Este escribía música, sabía tocar la armonica y hasta algunos domingos cuando cerraban la pastelería y se iban al campo. Su padre aprovechaba para escribir y la madre, Núria Casamajó, cantaba, pues había estudiado en el conservatorio del Liceu y por eso Bach era una de las músicas que más se escuchaban en la casa de la infancia del expresidente catalán.
Los hermanos del prófugo de la justicia, Carles Puigdemont
Los hermanos también completan una familia numerosa extraña que no pasa desapercibida por nada. En total son siete hermanos: Francesc y Anna, los mayores, y luego vienen dos chicas Montse y Dolors, para acabar con tres chicos más: Enric, Joaquim y Josep.
¿A qué se dedican sus hermanos?
De los mayores hemos averiguado que son los responsable de la pastelería, actualmente. Regentan el negocio familiar y tratan de seguir con esa tradición. Una especialidad que parece que se les da muy bien con un dulce que inventaron en ese obrador. Conocido como los “Capricis d’Amer”, consiste en una pasta seca, similar a los carquiñolis, hecho con harina, azúcar y frutos secos. Aunque los chuchos, bollos rellenos de crema y recubiertos de azúcar, se cotizan al alza también.
En el caso de Anna, parece ser que es la que más relación tiene con el huido a Bélgica, aunque siempre lo ha mantenido en secreto. Las investigaciones la colocan como es la que ha hecho de mula durante estos últimos tiempos para que la comunicación institucional con su partido político fuera más fluida. Los independentistas tienen miedo.
Las dos siguientes, tratan de ocultarse de cara a la vida pública. Una es maestra y la otra no hemos logrado desvelar algún detalle revelador. Por lo que hace a los otros tres: más de lo mismo. Uno es escritor y el otro aparenta ser profesor universitario, aunque no figura en ningún directoria de las universidades catalanas. El más pequeño de todos, Josep, también vive fuera, en Estocolmo.
La familia directa de Carles Puigdemont
Por lo que hace a la familia directa del prófugo, Marcela Topor, es su mujer de origen rumano y este tiene dos hijas: Magalí y Maria. Pero parece que tener abandonada a su familia a más de mil kilómetros de su hogar, habiendo traicionado a todo un país, a sus compañeros y a los catalanes, no le es motivo para regresar y pagar los platos rotos. Vergüenza debería darle.