Aunque Brad Pitt puede presumir hoy en día de tener una vida plácida, lo cierto es que sus inicios no fueron nada fáciles y tuvo que ganarse la vida humildemente antes de llegar a ser una estrella de Hollywood. El actor americano emprendió su camino en el mundo laboral siendo “un pollo loco”. Aquí donde lo vemos, Brad Pitt tuvo que ser una mascota y vestir un disfraz de pollo para un restaurante de México cuya finalidad era bailar para atraer a la clientela al local.
Quizás se nos olvida a muchos de nosotros y, a veces, es conveniente recordar que no todos los artistas reconocidos han nacido entre fama y oro, y Brad Pitt es un claro ejemplo de ello. Siempre deseoso de dedicarse al mundo cinematográfico, el actor y modelo inició su curso como comerciante del restaurante con motivo de financiarse las clases de interpretación para poder entrar en Hollywood. Descendiente de una familia sin fama, su vehemente afán por ser un actor de prestigio le llevó a hacer grandes sacrificios que posteriormente se vieron recompensados.
Los inicios de Brad Pitt no fueron fáciles
La juventud es la etapa en la que se decide el futuro de una persona en la vida adulta. El propósito de Brad Pitt fue graduarse en la universidad de Misuri en la carrera de periodismo y publicidad. A medida que el tiempo avanzaba, el joven actor empezó a manifestar su amor por el cine y consideró que había llegado la hora de entrar en acción y hacer lo que más le gustaba. Sin embargo, su situación económica no le permitía el lujo de dedicarse al cine sin haber realizado unos cursos previos.
Fue por ello que se vio obligado a ejercer trabajos extravagantes como ser mascota de un restaurante de comida o chófer de una limusina, con el fin de lograr sus sueños. Brad Pitt jamás dejó de esforzarse y sus sueños se convirtieron en realidad poco a poco. Actualmente se ha convertido en uno de los mejores actores de Hollywood. Los comienzos nunca son fáciles pero Brad Pitt nos regaló una lección a todos. En la vida el esfuerzo y la constancia son premiados.
Una trayectoria para el recuerdo
A sus 58 años puede decir que ha merecido la pena todo lo que ha conseguido. La vida le ha demostrado que todo es la experiencia y posiblemente nada de esto hubiera conseguido si no se hubiera lanzado a la piscina. Esa interpretación como «pollo loco» posiblemente también le sirviera de algo.
Podríamos decir que consistió en su primer papel interpretando a algo. Una situación muy familiar como cuando en el colegio interpretabas a un objeto como un árbol. Quién sabe si no se diera cuenta allí, que esto de meterse en el papel de otros era lo que realmente le apasionaba de verdad. No se equivocó y desde entonces se ha puesto en la piel de numerosos personajes que quizá algunos ni recuerde.
