¿Quién descubrió la anestesia?

Médicos operando con anestesia

Posiblemente sea uno de los momentos más reveladores en la historia de la ciencia y la cirugía en sí. Aunque haya dudas y revelaciones sobre quién es el auténtico creador de la anestesia, la historia se debate entre dos eminencias en lo suyo: William T.G. Morton y Horace Welles. Dos dentistas de profesión que revolucionaron la técnica para operar.

En el caso del Morton, no había sido el primero en suministrar esta sustancia para aliviar o eliminar el dolor en cualquier operación, aunque sí que consiguió hacerlo por primera vez en público.

Los dos dentistas implicados

Ambos eran dentistas, y si Morton realizó su operación en octubre de 1846, Welles lo hacía dos años antes para extraer una muela. Las casualidades de la vida, coincidieron con que, en una conferencia distendida sobre el óxido nitroso, este se convirtiera en una solución ante el dolor. A Horace Welles se le ocurrió entonces la que sería una de las mejores decisiones que le cambiaría la vida.

instrumentos anestesia bucal
Varios instrumentos odontológicos

Este óxido nitroso era conocido entonces como el gas de la risa y lo había descubierto un estudiante de medicina que daba charlas como profesor, Gardner Colton. Dicho efecto era real. Tanto es así que tan solo provocaba numerosas ganas de reír.

En dicha feria se probó el efecto de la anestesia en la pierna de un paciente que había sentido mucho dolor. Cuando le inyectaron el gas, resultó no conocer ningún daño y en ese preciso momento a Welles le vino la solución a todos sus problemas. El hecho de poder hacer cualquier tipo de extracción sin apenas dolor.

El descubrimiento de la anestesia cambiaría la ciencia

Decidió probarlo antes que nadie y sin más dilación, decidió ponerlo a prueba con una muela del juicio. Los pronósticos se acabaron cumpliendo y el paciente consiguió sentirse hasta relajado en la butaca de operaciones del odontólogo. Un descubrimiento que modificaría el curso de la ciencia.

Con la propuesta encima de la mesa, el dentista trató de perfeccionar la anestesia y conseguir así resultados más fidedignos. Aunque para ello necesitó la ayuda del que había sido en alguna ocasión su mano derecha. Este no era otro que uno de sus aprendices como Morton. El hecho de trabajar en grupo les ayudó incluso a perfeccionar su técnica y a pesar de conocer grandes avances, varios químicos consideraron que era demasiado peligroso utilizar este tipo de técnica.

Dentista con anestesia
Los dentistas encontraron una solución a los problemas bucales

Aunque nada les hizo parar el optimismo ni la esperanza de conseguir su éxito. Así que su esfuerzo mereció la pena. Consiguieron hasta una demostración de su tesis, esta vez como ponentes para demostrar ese gran descubrimiento.  Pero aquello no pudo salir peor. Un auténtico fracaso de grandes calamidades.

El paciente era un caso aparentemente fácil. Una caries si mucha complicación, que, a pesar de aplicarle ese óxido nitroso, no camufló el evidente dolor nada más introducirle el bisturí. Parecía un fallo en la dosis aplicada, pero los abucheos se los acabaron llevando de mala manera.

El fatídico desenlace de dos dentistas que nunca supieron encontrar una solución

Con aquella fatídica actuación Welles no obtuvo consuelo en ningún lado y decidió abandonar en su aventura. Pero quién siguió empeñado en buscarse ese mérito era Morton. Este probó otro tipo de gases como el éter. Tras varias propuestas de mejora, consiguió encontrar con esa mezcla sulfúrica una extracción de un molar sin apenas sufrimiento.

Instrumentos anestesia bucal
Los instrumentos para anestesia bucal

Aunque su valoración no estuvo ni a la altura de las circunstancias. Las críticas le llegaron al instante, al descubrir que había pocos productos utilizados de forma anestésica.

El devenir de Welles también se convirtió en algo completamente complicado. Su situación empeoró mucho y cayó en una fuerte depresión. Su ambición exacerbada consistió en seguir probando combinaciones extrañas que le llevaron a la locura.

Utilizó productos como el cloroformo, una sustancia demasiado nociva. Esta le hizo pasar a ser un adicto y pecó de envidia, ya que siempre consideró que su pupilo le había robado el mérito. Acabó su vida de la peor forma posible. Fue detenido por arrojar ácido a unas prostitutas y se suicidó cortándose las venas después de anestesiarse con cloroformo.