Nos situamos en Madrid y más en concreto en el Museo del Prado, lugar donde se encuentra una de las obras más enigmáticas de la historia, “El Jardín de las Delicias” de El Bosco. El Bosco es una artista de estilo Renacentista y de Pintura Flamenca, además de ser el pintor favorito de Felipe II.
Es una obra de finales del siglo XV principios del siglo XVI, surrealista donde las haya, es mágica, te deslumbra a la vez que te causa pavor, llevándote a un universo donde poder observar la naturaleza salvaje, de criaturas y figuras desconcertantes. En 1517 se presentó la obra palacio municipal de los Condes de la Casa de Nassau en Bruselas.
“El Jardín de las delicias” sigue siendo un misterio para expertos en historia y arte, aunque se aprecia el contenido religioso, también se aprecia el contenido sexual, el simbolismo oculto y las aversiones que llenan la obra de pequeños detalles, que la apartan del simbolismo cristiano.
Las particularidades de esta preciosa pintura
Entrando más en detalle en la obra, podemos apreciar como han afirmado diferentes historiadores que debe de leerse de izquierda a derecha, como si de un libro se tratara.
En la parte más situada a la izquierda se encuentra a Dios presentando a Eva a Adán, en el centro se encuentra la parte más representativa de la obra, lugar donde se muestras las tentaciones de la tierra, pero de una forma extravagante y llamativa, en la última parte del cuadro, en la derecha, se ve el castigo por el pecado, el conocido infierno.
Obra que como podemos ver, muestra la historia de la biblia, de una forma personal y llamativa, sin dejar de lado los placeres y situaciones negativas de la vida, centrándose en lo efímero que puede llegar a ser nuestro paso por la tierra.
Gran parte de su obra está basada en la sagrada escritura, mezclado con el surrealismo, la barbarie, el pecado y la crítica social en algunas obras, que se puede apreciar no solo en este cuadro, sino también en otros como, “El carro de heno” o “La Mesa de los Pecados Capitales”