No es ninguna sorpresa para nadie que los desiertos son parajes secos, áridos y calurosos. Es muy difícil ver llover en el desierto, tanto que en algunos hace más de 400 que no cae ni una sola gota de lluvia. Este es el caso del desierto más seco del mundo: el desierto de Atacama.
Situado en Chile, el desierto de Atacama es el desierto más seco del mundo. Allí está situado el pueblo de Quillagua que, a pesar de su apariencia de pueblo fantasma, aún conserva algo de vida. El pueblo de Pedro de Valdivia no corrió la misma suerte y se une a una gran cantidad de pueblos fantasma que no han podido sobrevivir al clima tan extremo del desierto más duro del mundo.
400 años sin lluvia en Atacama
El pueblo de Quillagua es el pueblo más seco del mundo: solo ha recogido medio litro de agua en los últimos 40 años. Esto significa que hay gente que nunca ha visto llover. Sin embargo, no es la situación más crítica que se puede vivir en este paraje, ya que en algunos puntos del desierto de Atacama no ha llovido desde hace 400 años.
La humedad en Quillagua suele rondar entre el% 10 y el 15%. Esta cifra sumada a la fría corriente de Humboldt que bordea la costa oeste de América del Sur, un perpetuo anticiclón y la compleja orografía del lugar, hacen que el Atacama tenga el récord del desierto más seco de todo el planeta.
El desierto de Atacama era un mar
Pero esta condición desértica de Atacama no siempre ha sido así. Este desierto chileno es el más antiguo del mundo pero, a pesar de ello, hace millones de años el Atacama era un gran mar. Cerrado por la Cordillera de la Costa por una zona y por la Cordillera de los Andes por la otra, el desierto de Atacama aún conserva restos de lo que fue en un pasado.
Cuando vas caminando por el desierto es completamente normal encontrar sal por el camino. Durante muchos años esta sal dio vida y trabajo a mucha gente. Sin embargo, las condiciones extremas del terreno han hecho que vaya a menos. A pesar de ello, no deja de sorprendernos que el lugar más árido del planeta un día fuese mar. Además, millones de años después se puedan seguir conservando algunos restos que lo certifican.